SESIÓN DE TEATRO: LA VIOLACION DE LUCRECIA

Este viernes, casi todo el alumnado de 1º de Bachillerato, ha ido a la sala LA FUNDICIÓN, a ver la obra LA VIOLACION DE LUCRECIA, una adaptación del poema de Shakespeare dirigida por Alfonso Zurro e interpretado por Lorena Ávila.

En su corto recorrido la obra se ha alzado con 3 premios en la edición 2023 de la gala PREMIOS ESCENARIOS DE SEVILLA con 3 galardones:
Mejor espectáculo teatral
Mejor Dirección Artística
Mejor intérprete


Las bases sobre las que se asienta la obra La violación de Lucrecia de William Shakespeare, tienen su origen en un suceso histórico ocurrido en Roma 500 años a. de C. y descrito tanto por Ovidio como por Tito Livio: La violación de una dama romana, llamada Lucrecia, por parte del príncipe Tarquino.

En torno a él, Alfonso Zurro ha escrito y desarrollado una dramaturgia muy especial. Primero para articularlo como monólogo femenino y después, abrirlo en varias líneas dramáticas que amplíen el hecho histórico y nos lo acerquen hasta nuestros días.

SINÓPSIS
Mientras el príncipe Tarquino está en el campo de batalla, escucha las alabanzas de pureza, belleza e integridad que hace el noble Colatino de su esposa Lucrecia. Decidido a conocerla, abandona sin explicaciones la batalla, y se dirige a casa de Colatino para comprobar si es cierto lo que pregona de ella. Al encontrarse Tarquino con Lucrecia queda deslumbrado. Solicita descansar y pasar la noche en la casa. La generosa y honrada Lucrecia accede, sin imaginar lo que barrunta la cabeza del príncipe. Cuando todos
duermen Tarquino asalta el cuarto de Lucrecia. Intenta convencerla de que acceda a sus deseos. Después la amenaza con asesinarla a ella y a un criado que colocará en sus brazos. Así justificará que los mató por encontrarlos cometiendo adulterio y ella y su familia serán deshonradas. Finalmente termina violándola y huye.
Lucrecia queda arrasada, perdida y con pensamientos suicidas. Decide escribir a su esposo Colatino y pedirle que regrese urgentemente porque algo muy grave ha sucedido. Una vez a su lado, ella le cuenta los hechos y sólo en el último momento dice el nombre del culpable: el príncipe Tarquino. Acto seguido se suicida clavándose un puñal en el pecho. El cuerpo de Lucrecia es llevado por las calles de Roma. Los nobles y el pueblo piden venganza. Tarquino es desterrado y la corrupta monarquía es abolida instaurándose la república.


Alfonso Zurro ha desarrollado dramatúrgicamente este poema de Shakespeare articulándolo en un monólogo femenino. El cual se abre en varias líneas dramáticas que amplían el suceso histórico y nos lo acercan hasta nuestros días.
Por un lado, tenemos el personaje de Lucrecia que nos va narrando los trágicos sucesos. Ella nos coloca ante la violencia y la crueldad que conlleva un acto como este. Y el desamparo de ella como mujer violada. Pero lo que nos va narrando Lucrecia, a pesar de los miles de años que nos separan, sigue sucediendo en nuestros días. Así, el personaje se desdobla y salta en el tiempo para trasladarnos a la realidad que muchas mujeres
siguen sufriendo. Entrando en un relato actual que nos acerca a ese terror de tantas mujeres y niñas violadas por todo el mundo.
El resultado es un texto límpido, muy bien desarrollado en los diferentes planos de acción dramáticos y que lo actualiza clarividentemente. Obviando aquellos barroquismos que no son necesarios para centrarnos en el hecho en sí. Provocando un efecto de perplejidad, que no deja indiferente. El tono, la economía expresiva, la firmeza del perfil del personaje, la pulcritud del lenguaje, el dolor físico y emocional de Lucrecia… Todo ello está condensado en este monólogo que describe lo que se puede decir sobre el uso de la fuerza, el dominio y la humillación sistémica de la violación como arma machista contra la mujer. Sin demagogias ni lugares comunes.

QUÉ SUERTE HAN TENIDO ESTOS CHICOS Y CHICAS QUE HAN PODIDO ADEMÁS DE VER LA DESGARRADORA OBRA, REFLEXIONAR SOBRE ESTE TEMA EN UN COLOQUIO POSTERIOR CON EL DIRECTOR Y CON LA ACTRIZ

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